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Por Dr. Leigh Siergiewicz, médica naturópata
La vitamina D recibe mucha atención en las investigaciones porque su deficiencia es frecuente en todo el mundo, y unos niveles bajos pueden tener efectos muy diversos. Personas de todas las edades y con una amplia variedad de afecciones pueden correr el riesgo de sufrir una deficiencia. Conozcamos más sobre cómo nos beneficia la vitamina D.
Nuestro organismo produce vitamina D, que en realidad se parece más a una hormona que a una vitamina cuando nuestra piel se expone a la luz solar.
Por eso, las personas que pasan mucho tiempo en interiores o que viven en latitudes más altas tienen una mayor probabilidad de sufrir una deficiencia de vitamina D. También es más difícil que la piel produzca vitamina D cuando se usa protector solar.
La prevalencia del cáncer de piel ha promovido la recomendación de limitar la exposición directa al sol, pero esta recomendación podría haber causado de manera inadvertida una mayor prevalencia de la deficiencia de vitamina D. La clave está en el equilibrio.
La exposición al sol por corto tiempo para producir vitamina D es importante. Los Institutos Nacionales de Salud recomiendan entre 5 y 30 minutos de luz solar directamente sobre la piel entre las 10 a. m. y las 3 p. m. en el rostro, los brazos, las piernas o la espalda dos veces por semana.
El ángulo de los rayos del sol afecta la capacidad de nuestra piel para producir vitamina D. Hace décadas se observó que existía un mayor riesgo de muerte por diversas enfermedades crónicas para quienes viven en latitudes más alejadas del ecuador. Tanto los hombres como las mujeres que se expusieron a más luz solar a lo largo de su vida tuvieron un menor riesgo de morir de enfermedades crónicas y graves.
Además de la luz solar, se puede obtener vitamina D a partir de ciertos alimentos. Los pescados grasos como el salmón y la caballa son los que más contienen, pero las yemas de huevo, la carne de vacuno, el queso y algunos hongos también la contienen.
Muchos productos alimenticios como la leche, el jugo de naranja y los cereales están fortificados con vitamina D porque el raquitismo, un trastorno óseo en los niños, antes era muy común y se debe a la deficiencia de vitamina D. La administración de suplementos puede ayudar a tener niveles óptimos de vitamina D, pero es imposible saber qué dosis se debe tomar sin realizar un análisis de sangre para conocer los niveles de la persona. Consulte a su médico sobre la posibilidad de hacerse un análisis para ver si un suplemento serviría de ayuda.
Unos niveles óptimos de vitamina D pueden aportar beneficios a muchos sistemas corporales, como el sistema musculoesquelético, el sistema inmunológico, el funcionamiento cognitivo y la salud mental, el sistema digestivo, el cabello, la piel, entre otros.
Un examen y meta-análisis de 24 ensayos clínicos realizados en 2012 que estudiaron un total de 2827 participantes determinó que la administración de suplementos de vitamina D reducía considerablemente la probabilidad de que se produjeran caries dentales en niños y adultos. Otro estudio realizado en 2012 reveló que los niños que ya tenían caries dentales tenían muchas probabilidades de tener una deficiencia de vitamina D. De 102 niños con caries, el 66 % tenía una deficiencia, el 27 % estaba al límite y solo el 7 % tenía niveles suficientes de vitamina D.
La vitamina D no puede revertir la caries dental que ya está presente. Consulte a su dentista si tiene problemas activos con sus dientes.
Un ensayo aleatorio realizado en 2010 analizó la administración de suplementos de vitamina D y la influenza en niños en edad escolar y descubrió que los niños que recibieron 1200 unidades internacionales de vitamina D al día tuvieron menos probabilidades de que se les diagnosticara influenza A durante la temporada de gripe. Otro efecto observado en este estudio fue que la incidencia de ataques de asma también disminuyó en el grupo de tratamiento, pero no en el grupo de placebo.
Otro efecto observado en este estudio fue que la incidencia de ataques de asma también disminuyó en el grupo de tratamiento pero no en el grupo de placebo En una revisión sistemática y un metaanálisis realizados en 2017 con 10 933 participantes en 25 ensayos controlados aleatorios se llegó a la conclusión de que la administración de suplementos de vitamina D contribuye a prevenir las infecciones respiratorias agudas, sobre todo en los pacientes que antes presentaban una gran deficiencia.
En algunos estudios relacionados con la salud capilar se ha descubierto que los pacientes con trastornos autoinmunes que afectan el crecimiento del cabello, como la alopecia, presentan con frecuencia una deficiencia de vitamina D y la administración de suplementos podría ayudar a que crezca el cabello. Con relación a la vitamina D, se han hecho estudios sobre mujeres con pérdida de cabello de patrón femenino y efluvio telógeno, un trastorno del cuero cabelludo, y los resultados son contradictorios.
Es necesario investigar más para ver si la vitamina D es importante en estas afecciones.
En un estudio realizado en células de rata se demostró que la vitamina D mantenía los niveles adecuados de serotonina (un neurotransmisor asociado con el bienestar) en el cerebro. Algunos marcadores genéticos indican que la vitamina D se encarga de producir serotonina y puede actuar potencialmente de manera similar a los medicamentos antidepresivos.
En una revisión de estudios realizados entre 1995 y 2017 se comprobó que la administración de suplementos de vitamina D junto con medicamentos antidepresivos convencionales puede mejorar la eficacia de los mismos, pero no se observaron beneficios concretos en otras afecciones específicas de la salud mental.
En otro artículo de revisión de 2017 se hallaron pruebas fehacientes de que la vitamina D es un tratamiento complementario para niños y adolescentes con problemas de salud mental, pero los resultados relativos a los problemas de salud mental en los adultos fueron contradictorios A veces se considera que el trastorno afectivo estacional (TAE) está relacionado con la deficiencia de vitamina D.
Esto se ha estudiado, pero como muchos otros trastornos de la salud mental, los resultados son mixtos y no concluyentes. La administración de suplementos de vitamina D puede contribuir a mantener una actitud positiva y saludable, y una sensación de bienestar mental. Sin embargo, es necesario investigar para confirmar si se trata de un tratamiento eficaz para los trastornos de salud mental.
El calcio es ampliamente reconocido como un elemento importante para los huesos y los músculos, y la vitamina D es el nutriente que puede ayudar a que el calcio se absorba de forma adecuada en el intestino delgado. Cuando la vitamina D es insuficiente, es posible que no podamos absorber suficiente calcio, incluso si nuestra ingesta es adecuada. Esto podría provocar diversos trastornos óseos y debilidad muscular. Algunos estudios han demostrado que la administración de suplementos de vitamina D podría contribuir a fortalecer los huesos.
En un estudio realizado en 2019 se descubrió que la deficiencia de vitamina D es un factor de riesgo de sufrir celiaquía. De 200 adolescentes con deficiencia, 9 dieron positivo en la prueba de celiaquía. Los daños intestinales que se producen debido al consumo de gluten en personas con celiaquía dificultan la absorción de nutrientes. La digestión adecuada de las grasas también se ve afectada con frecuencia a causa de la celiaquía, lo que agrava el problema porque la vitamina D es una vitamina liposoluble.
En otro estudio realizado en 2013 se descubrió que los pacientes con celiaquía que también presentan una deficiencia de vitamina D tienen más probabilidades de padecer psoriasis y anemia. Las investigaciones han revelado que la enfermedad inflamatoria del intestino, incluida la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, podría aumentar el riesgo de que los pacientes presenten una deficiencia de vitamina D, sobre todo los que viven en latitudes más altas y durante los meses de invierno.
Esta investigación ha llegado a la conclusión de que la vitamina D es importante para mantener la salud de los intestinos, que podría tener un efecto en el microbioma y que es importante para la salud inmunológica intestinal. Sin embargo, no está claro si la deficiencia es un resultado o una causa de la enfermedad inflamatoria intestinal.
En las investigaciones ha quedado bien establecido que la obesidad está correlacionada con niveles bajos de vitamina D. Esto podría deberse a que es liposoluble, por lo que las reservas de vitamina se esconden en el tejido graso y no aparecen en los análisis de sangre. Los mecanismos potenciales apuntan a que la administración de suplementos de vitamina D podría contribuir a mantener un peso saludable. Sin embargo, los estudios que han tratado de analizar esta relación no han llegado a conclusiones contundentes que permitan hacer esta recomendación.
La vitamina D podría ser tóxica si se toma en exceso, podría provocar arritmias cardíacas, calcificación de las arterias y el consiguiente daño a los órganos, y cálculos renales. Tal vez no sea posible obtener demasiada vitamina D mediante la exposición al sol. La forma más probable de obtenerla en exceso es tomar suplementos en dosis muy elevadas durante mucho tiempo.
Hay diferencias considerables entre los profesionales médicos en cuanto a la forma de administrar suplementos de vitamina D. Algunos utilizan una dosis elevada una vez a la semana, mientras que otros recomiendan una dosis reducida todos los días. La mejor manera de saber que se obtiene la dosis correcta es visitar al médico y solicitar un análisis de sangre y que recomiende la dosis adecuada. Su médico también le ayudará con la dosificación para que no se produzcan interacciones entre los medicamentos. Algunos medicamentos, como los esteroides, los medicamentos para adelgazar y los medicamentos para la epilepsia pueden interferir con la vitamina D.
Referencias:
