El sistema inmunológico es un sistema complejo que ayuda a proteger el organismo de los virus, bacterias, parásitos y hongos dañinos. Este sistema complejo, que se divide en los tipos innato y adaptativo, debe diferenciar constantemente entre bichos amigables y nocivos. 

El sistema inmunológico innato tiene muchas funciones. Uno de sus principales trabajos es enviar células inmunitarias a las áreas de peligro aparente o real dentro del organismo para evitar que la infección empeore. Esto es similar a un general enviando tropas para proteger contra un ejército invasor. El sistema inmunológico innato también ayuda a estimular la segunda parte de las defensas inmunológicas: el sistema inmunológico adaptativo.

El sistema inmunológico adaptativo, también conocido como "sistema inmunológico adquirido", es la base por el que las vacunas funcionan y explica cómo estas pueden evitar la infección. En cierto sentido, el sistema inmunológico adaptativo ayuda a brindar "una advertencia avanzada" de cuándo el ladrón está irrumpiendo en la casa para que se adopten las precauciones necesarias y así evitar una tragedia. 


Las células del sistema inmunológico innato, que son las primeras en la línea de defensa, incluyen las siguientes: basófilos, células dendríticas, eosinófilos, macrófagos, mastocitos, neutrófilos y células asesinas naturales. 

El sistema inmunológico adaptativo también es conocido como sistema inmunológico adaptativo. Las células del sistema inmunológico adaptativo incluyen a las células B y a las células T.

Una dieta saludable, un descanso adecuado, el ejercicio regular y la reducción del estrés son importantes elecciones de estilo de vida que podemos hacer para ayudar a mantener la función de nuestros sistemas inmunológicos a niveles más altos. Ningún medicamento o suplemento puede reemplazar jamás la elección de un estilo de vida saludable. 

Sin embargo, hay evidencia de que ciertos suplementos, vitaminas, hierbas y adaptógenos podrían brindar un refuerzo adicional para aquellas personas que buscan optimizar la salud de su sistema inmunológico cuando las elecciones de estilo de vida no bastan. 

NAC

 N-acetil L-cisteína (NAC), es el precursor del glutatión y un potente antioxidante. Es un derivado del aminoácido presente de forma natural, L-cisteína. El glutatión está presente en humanos, animales, plantas y hongos. Este ayuda a proteger a las células del daño oxidativo y puede ayudar a proteger la inmunidad. Estudios1 muestran que los niveles más altos de glutatión en sangre están asociados con un menor riesgo de contraer enfermedades e infecciones, especialmente en adultos mayores. 

Estudios2 también muestran que el glutatión es fundamental para mantener a los glóbulos blancos, o linfocitos, bien equipados para ayudar a combatir las infecciones. Un estudio del año 20113 mostró que las siguientes afecciones están relacionadas con los menores niveles de glutatión en sangre. Los niveles más altos en sangre, por lo tanto, ayudan a proteger de las infecciones en caso de que se produzcan. 

  • Lesión pulmonar aguda/Síndrome de dificultad respiratoria aguda
  • Bronquitis crónica
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
  • Varias infecciones bacterianas y virales 

Zinc

De acuerdo con la revista Journal of Nutrition, casi el 45 % de estadounidenses tiene una ingesta inadecuada de zinc, el cual desempeña un papel fundamental en más de 300 reacciones bioquímicas en el organismo, en sus dietas. A nivel mundial, más del 15 % de personas presentan deficiencia de zinc4

A medida que envejecemos, la absorción de minerales importantes como el zinc puede verse alterada Además, la ingesta deficiente de alimentos que contienen zinc o el consumo rutinario de alcohol también pueden producir niveles crónicamente bajos de zinc. La deficiencia de zinc está asociada con un mayor riesgo de desarrollar infecciones y afecciones autoinmunes, de acuerdo con un estudio del año 2018 en Nutrients5.

Un estudio del 20167 demostró el importante rol del zinc al ayudar a que las células del sistema inmunológico se comuniquen entre sí. Además, un estudio del año 2017 en Nutrients8 demostró el importante rol del zinc en el mantenimiento de los sistemas inmunológicos innatos y adaptativos. 

Dosis sugerida: pastillas de zinc, 30 mg como se indica en la etiqueta. Otras fórmulas con zinc también son aceptables y deben tomarse como se indica en la etiqueta. El zinc también se halla en la mayoría de los multivitamínicos.

Vitamina C 

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico o ascorbato, ha sido una de las vitaminas más estudiadas en los últimos 50 años. Las investigaciones muestran que la vitamina C ayuda a fomentar un sistema inmunológico fuerte, entre otros beneficios. 

Una persona con deficiencia de vitamina C tendrá una respuesta inmunológica deficiente, de acuerdo con un estudio del año 2019 publicado en Nutrients11. Dosis sugerida para la mayoría de las personas: 500 a 2000 mg por día.

Hongos Reishi 

El hongo reishi (ganoderma lucidum y lingzhi) es un hongo usado en la medicina oriental. Habitualmente, crece en los lugares calientes y húmedos de Asia. Los hongos pueden ser consumidos como comida, en polvo o en forma de suplemento, y se cree que poseen beneficios que estimulan la respuesta inmunológica. 

Un estudio del año 2003 mostró que el hongo reishi podría ayudar a incrementar la actividad de las células asesinas naturales (NK, por sus siglas en inglés), que ayudan a eliminar los virus. Un estudio del 200812 mostró que los hongos también podrían ayudar con el funcionamiento de las células T. Por último, un estudio del año 2019 publicado en Scientific Reports13 demostró que el ingrediente activo en los hongos reishi tiene actividad antiviral. Dosis sugerida: como se indica en la etiqueta.

Ácidos grasos omega 3

Los ácidos grasos omega 3, también conocidos como ácidos grasos poliinsaturados o PUFAs (por sus siglas en inglés), desempeñan un importante rol en la salud humana. Están compuestos, sobre todo, de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que se cree que tienen numerosos beneficios para la salud general, incluyendo la optimización del sistema inmunológico.

Un estudio del año 2014 publicado en la revista Nutrition Journal14 mostró que la mayoría de las personas no consumen suficientes ácidos grasos esenciales en sus dietas. Esto es lamentable ya que otros estudios muestran sus beneficios para el sistema inmunológico.

 Un estudio del 201915 analizó cómo los omega 3 podrían ayudar a fortalecer las células del sistema inmunológico innato y adaptativo. Un estudio del 201716 demostró cómo estos desempeñan un importante rol dentro de los macrófagos (las células que combaten las infecciones), mientras que un estudio del 2012 17 mostró que los omega 3 podrían ayudar a los macrófagos a consumir las bacterias causantes de enfermedades. 

Los ácidos grasos omega 3 pueden encontrarse en una variedad de fuentes alimenticias, entre las que están ciertos pescados (la caballa, el bacalao y el salmón están entre los más ricos), las nueces de Castilla, las semillas de chía, las semillas de linaza, las semillas de cáñamo, el aguacate y el natto. Dosis sugerida: de 1000 a 2000 mg una o dos veces por día. 

Probióticos 

Los probióticos son bacterias beneficiosas, que pueden ayudar no solo con la salud del intestino sino también con la salud y el bienestar general. Ochenta por ciento de nuestro sistema inmunológico está en nuestros intestinos, lo que explica por qué las bacterias beneficiosas pueden ayudar a mantenernos saludables. Se debería considerar el consumo de alimentos fermentados como el yogur, el kéfir y la kombucha . Cuando no es suficiente, los suplementos probióticos son útiles. 

Los probióticos desempeñan un importante rol en la regulación de nuestra inmunidad. Un estudio del 200918 mostró que "los probióticos podrían tener un efecto beneficioso sobre la gravedad y duración de los síntomas de las infecciones de las vías respiratorias (RTIs, por sus siglas en inglés), pero no parecen reducir la incidencia de las infecciones (RTIs)".

Un estudio del 201719 en niños también mostró beneficios. El análisis sistemático de los investigadores los ayudó a concluir que el "uso de Lactobacillus rhamnosus reduce modestamente la duración de las infecciones de las vías respiratorias".

Por último, un estudio del año 2017 publicado en Nutrients20 evaluó el uso de probióticos y prebióticos en aquellos que recibían las vacunas contra la influenza. En el estudio se incluyó a 1979 participantes. Los resultados muestran que aquellos que tomaron los probióticos y prebióticos tuvieron una mejor respuesta inmunológica a la vacuna, lo que quiere decir que tuvieron una respuesta inmunológica más potente y que tenían menor probabilidad de enfermarse. Dosis sugerida: 5 a 50 mil millones de unidades una o dos veces por día.

Ginseng 

El ginseng Panax se consume para un gran número de afecciones médicas. Los orígenes de la planta están en Corea y ha sido usada por más de 2000 años desde su descubrimiento. El ginseng Panax, que también crece en áreas de China y Siberia, es único y no debería ser confundido con otro ginseng conocido como ginseng americano o siberiano. El ginseng Panax también es llamado ginseng coreano, ginseng chino o ginseng asiático. 

Los ingredientes activos en el ginseng Panax son conocidos como ginsenósidos. 

Un estudio del año 2015 mostró que el ginseng “tiene efectos protectores frente a la infección del virus sincicial respiratorio (RSV, por sus siglas en inglés) a través de múltiples mecanismos, que incluyen la mejora de la supervivencia celular, la inhibición parcial de la replicación vírica, la modulación de la producción de citocina y los tipos de células inmunológicas que migran hacia el pulmón". 

De acuerdo con un estudio del año 2020 publicado en Journal of Ginseng Research21, el ginseng reduce los niveles de citocinas que causan inflamación (IFN-γ, TNF-α, IL-2, IL-4, IL-5, IL-6, IL-8) y que son producidas por las células respiratorias y los macrófagos. Asimismo, los científicos concluyeron que "la mayor parte de los ensayos clínicos revelaron que el ginseng, a varias dosis, es un método seguro y efectivo de profilaxis estacional, aliviando los síntomas y reduciendo el riesgo y duración de los resfríos y la gripe". Dosis sugerida: como se indica en la etiqueta

Aviso: hasta que tengamos más información, la siguiente lista de suplementos debería ser usada con precaución si la persona está en riesgo de desarrollar una "tormenta de citocinas", la cual puede ocurrir durante infecciones virales agudas. Se cree que los siguientes suplementos podrían incrementar las citocinas IL-1B y IL-18, un efecto indeseable cuando se padece una enfermedad aguda. 

Equinácea 

La Echinacea purpurea es una hierba perenne que ha sido usada por casi 2000 años y cuyos orígenes pueden ser rastreados hasta las poblaciones indígenas de Norteamérica. La hierba equinácea, que es conocida por tener potentes propiedades antioxidantes , ha sido usada históricamente para tratar las infecciones respiratorias, las infecciones urinarias y las infecciones cutáneas. Se ha demostrado que el consumo de le hierba22 es seguro a largo plazo tanto para niños como para adultos. 

Un estudio del año 2015 en JAMA23 mostró que no había beneficios en la prevención de los resfriados, pero que el uso de la equinácea podría acortar la duración del resfrío común, lo que indica que ayuda al sistema inmunológico a combatir una infección existente.

Un estudio del año 2016 publicado en Holistic Nurse Practitioner24 demostró que la equinácea podría ayudar a prevenir el resfriado común. Otros estudios han mostrado hallazgos similares. Habitualmente, la equinácea es consumida como té, suplemento o extracto. Consuma según lo indicado en la etiqueta. 

Vitamina D 

En mi consultorio del sur de California, el 80 % de los pacientes presenta deficiencia de vitamina D. La incidencia es mayor en los climas menos soleados. Durante los meses más fríos, esta deficiencia es más común.

La vitamina D desempeña un importante rol en la regulación del sistema inmunológico innato y el sistema inmunológico adaptativo y en sus respuestas a los patógenos. De acuerdo con un estudio del año 201525, “la vitamina D emite señales a través del receptor de vitamina D (VDR, por sus siglas en inglés), un receptor nuclear específico de los dedos de zinc”. 

Un estudio del 201826 también demostró la importancia de la ingesta materna de vitamina D durante el embarazo y su rol en el desarrollo del sistema inmunológico del feto. Los investigadores concluyeron que "la exposición a la vitamina D durante el desarrollo del feto influye sobre el sistema inmunológico del neonato, lo que puede contribuir a la protección frente a problemas relacionados al asma, incluyendo infecciones, en los primeros años de vida".

La vitamina D también parece tener funciones antivirales. Un estudio del año 2019 publicado en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health27 concluyó que aquellas personas con niveles más altos de vitamina D en sangre presentaban menor riesgo de contraer infecciones de las vías respiratorias superiores en comparación con aquellos con menores niveles de vitamina D en sangre. 

Por último, un estudio del año 2017 publicado en la revista Journal of the American Geriatric Society28 comparó una dosis estándar versus una dosis alta de vitamina D en los adultos mayores. Aquellos que tomaron la dosis alta de vitamina D fueron un 40 % menos propensos a desarrollar una infección de las vías respiratorias superiores en comparación con los otros.

Dosis sugerida: la dosis más común que se toma es de 1000 a 5000 UI. Aquellas personas con niveles elevados de calcio en sangre deberían consultar con su médico antes de consumir un suplemento. 

Baya de saúco

La baya de saúco (Sambucus sp.), una planta con flores, ha sido usada por cientos de años con fines medicinales por las poblaciones nativas alrededor del mundo. En los últimos años, la popularidad de la baya de saúco se ha extendido. Se cree que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. 

Un estudio del año 201629 mostró que la baya de saúco podría reducir la duración de los síntomas del resfriado en los viajeros de aerolíneas, mientras que un estudio del año 2009 publicado en Phytochemistry30 mostró que la baya de saúco puede brindar resultados similares a populares medicamentos recetados contra la influenza como el oseltamivir (Tamiflu) y la amantadina. 

Asimismo, un estudio del año 201431 concluyó que la baya de saúco podría ser un tratamiento efectivo para aquellos con el virus de la influenza. Dosis sugerida: como se indica en la etiqueta.

Referencias: 

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