Como pediatra matriculada, a menudo veo a pacientes y padres en los controles regulares de niños sanos. Durante estas visitas, hablamos de la dieta y de las necesidades nutricionales. Los requerimientos de vitaminas y la necesidad de suplementación es un tema sobre el que me consultan con frecuencia. 

Por lo general, los padres preguntan si sus hijos deberán recibir suplementación adicional fuera de su dieta regular. Sin duda, se trata de un tema importante y una conversación clave que se debe tener con el pediatra en cada visita. Entonces, exploremos los detalles. 

¿Cómo sé si mi hijo está consumiendo las vitaminas suficientes? 

La American Academy of Pediatrics recomienda que el niño que tenga una dieta bien equilibrada no aumente los aportes nutricionales recomendados con suplementos. Los aportes nutricionales difieren para cada vitamina y nutriente, y los aportes nutricionales recomendados también varían según la edad. Tenga en cuenta estos puntos cuando hable de suplementación con su pediatra. 

¿Mi hijo puede tener sobredosis de vitaminas? 

Esta pregunta es menos común, pero no deja de ser importante. Las dosis altas de vitaminas, como  A o D pueden producir síntomas perjudiciales, por lo que es importante hablar de las vitaminas con su pediatra antes de suministrarlas a su hijo. 

Si, por alguna razón, su hijo tomó una megadosis de vitamina C, probablemente este pueda experimentar síntomas leves, como malestar gastrointestinal. Dado que la vitamina C es soluble en agua, el exceso podría ser eliminado en las heces sin causar las toxicidades que se presentan con las megadosis accidentales de otras vitaminas. 

¿Qué se recomienda para la vitamina C? 

Los aportes nutricionales diarios recomendados de  vitamina C varían de 15-45 mg para niños de 1 a 13 años, hasta 65-75 mg para jóvenes de 14 a 18 años. Las cantidades recomendadas difieren levemente dentro de estos rangos, así que, definitivamente hable con su pediatra sobre los detalles y la dosis correcta para la edad específica de su hijo. En general, el requerimiento de vitamina C es mayor cuando se presentan infecciones o estados inflamatorios, o durante el embarazo y la lactancia en las mujeres adultas. 

Los niveles de consumo máximos tolerables difieren de los aportes diarios recomendados y, normalmente, son más elevados por día para los diferentes grupos de edades. Se podrían utilizar dosis más altas para tratar la deficiencia de vitamina C. 

¿Por qué es importante la vitamina C? 

La vitamina C también se conoce como ácido ascórbico y juega un papel importante en la salud del sistema inmunológico. Esta fortalece los músculos y la piel, y promueve la curación de heridas y huesos. La vitamina C también ayuda en la absorción del hierro, otro mineral importante para el cuerpo. El hierro transporta el oxígeno por todo el cuerpo para que las células puedan producir energía. Cuando los niveles de hierro son bajos, el niño puede sentir cansancio o debilidad. 

La vitamina C también es importante para la producción de  colágeno, proteína que ayuda al niño a formar ligamentos, tendones, huesos y dientes sanos. Además, el colágeno es importante para la salud de la piel. 

¿La vitamina C realmente ayuda a combatir el resfrío? 

Muchos investigadores mencionan que podría relacionarse el consumo de vitamina C con un mejor funcionamiento del sistema inmune, lo cual puede ayudar al cuerpo a combatir las infecciones o los síntomas del resfrío. Sin embargo, la evidencia no es definitiva, y no existen lineamientos claros establecidos por médicos o por la American Academy of Pediatrics en lo que respecta al aumento de aporte de vitamina C durante momentos de enfermedad. 

Para la prevención del resfrío y la gripe, algunos recomiendan al menos 200 mg diarios de vitamina C. Ciertos estudios han demostrado una reducción del 14 % en los resfríos en los niños que toman esta cantidad. Muchos niños consumirán 200 mg dentro de la dieta solamente; por lo tanto, no sería necesario suplementar. No obstante, si el niño no se siente bien, este tiende a perder el apetito y beber menos, por lo que, en estos casos, se debe considerar la suplementación. 

¿Existen fuentes naturales de vitamina C? 

¡Sí! Como el cuerpo no produce ni almacena vitamina C, es importante incorporar en la dieta alimentos que la contengan. Muchos alimentos contienen vitamina C, especialmente las frutas y verduras. Por ejemplo, la vitamina C está presente en los cítricos, como la naranja y la piña, así como también en el melón, la fresa y el tomate. También se puede encontrar vitamina C en verduras, entre estas, la batata, espinaca, tomate verde, pimiento amarillo y brócoli. Como la luz y el calor pueden disminuir los niveles de vitamina C, las frutas y verduras frescas y crudas contienen mayores niveles totales de vitamina C. 

Nuevamente, es importante tener una dieta equilibrada que incluya frutas y verduras. Aun así, se entiende y se espera que algunos niños sean selectivos para comer y que no siempre coman la cantidad de frutas y verduras que nos gustaría que consuman. Dos maneras de infiltrar estos dos grupos de alimentos en la dieta del niño podrían ser preparando batidos de frutas y verduras o helados de frutas frescas congeladas. 

¿Qué ocurre si mi hijo no está consumiendo suficiente vitamina C? 

 La deficiencia crónica de vitamina C produce una afección conocida como escorbuto. Es relativamente raro ya que la mayoría de los niños logran niveles normales de vitamina C con sus dietas. Algunas afecciones médicas pueden reducir la cantidad de vitamina C que absorbe el cuerpo o producir una mayor necesidad de la misma. 

¿Cuáles son los síntomas de la deficiencia de vitamina C? 

Los síntomas iniciales de deficiencia de  vitamina C podrían incluir irritabilidad, pérdida de apetito y amoratamiento. El sangrado de las encías es otra forma de manifestarse la deficiencia de vitamina C. El niño también podría presentar hinchazón en las articulaciones o dolores y molestias. Además, dado que la vitamina C ayuda en la absorción del hierro, comúnmente se asocia la deficiencia de hierro con niveles inadecuados de vitamina C. 

El tratamiento de la deficiencia de vitamina C es incrementar el consumo, y el pediatra puede trabajar junto a usted para asegurarse de que los niveles de vitamina C de su hijo aumenten adecuadamente.  

¿Mi hijo tiene un mayor riesgo de deficiencia de vitamina C? 

Los niños que padecen enfermedades intestinales o alguna manifestación de cáncer podrían correr mayor riesgo de deficiencia de vitamina C. La hemodiálisis crónica para pacientes que padecen enfermedades renales o las dietas cetogénicas estrictas para pacientes con crisis refractarias también podrían provocar bajas concentraciones de vitamina C. Fumar tabaco y la exposición a la nicotina aumentan los niveles de vitamina C requeridos hasta un 40 %, lo cual es importante tener en cuenta, especialmente si sus hijos están expuestos al humo de fumadores. 

¿Qué debo tener en cuenta al elegir un suplemento de vitamina C? 

Si busca suplementos, es importante tener en cuenta los ingredientes adicionales que podría contener el producto y que no desee. Por ejemplo, las tinturas y colorantes o endulzantes artificiales son innecesarios y se pueden evitar al momento de elegir un  suplemento de vitamina C. Busque productos que estén libres de ingredientes o rellenos artificiales. Existen varios productos de vitamina C disponibles sin gluten, gelatina ni organismos genéticamente modificados. 

El sabor es otro factor importante a tener en cuenta al escoger un suplemento de vitamina C para niños. A la mayoría de los niños les gustan los sabores a fruta o cítricos, y muchos suplementos de vitamina C están disponibles en estos sabores. 

Cuando compre un suplemento, tenga en cuenta si su hijo prefiere un  comprimido masticable o una gomita. La vitamina C también está disponible en  fórmulas líquidas si su hijo aún no puede masticar una gomita o tragar un comprimido. Los suplementos de vitamina C vegetarianos también están disponibles en el caso de que un niño mayor haya optado por una dieta vegetariana. 

Busque suplementos que se fabriquen en un entorno que cumpla con las buenas prácticas de fabricación. Este sistema asegura que los productos se elaboren de manera consistente y controlada según estándares de calidad. Si el niño es alérgico al cacahuate o los frutos secos, asegúrese de buscar vitamina C sin estos dos ingredientes y producida en instalaciones libres de frutos secos. 

Puntos clave

La vitamina C juega un papel importante en la salud y el bienestar en general. La mayoría de los niños llegarán a las cantidades diarias recomendadas llevando una dieta variada. Algunos niños corren un mayor riesgo de deficiencia de vitamina C y la suplementación es clave para estos niños. 

Asegúrese de suministrar al niño una dosis de vitamina C adecuada según su edad. Busque suplementos libres de ingredientes artificiales y producidos en instalaciones de alta calidad. 

¡Siempre recuerde hablar de dieta y nutrición con su pediatra!